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¿Problemas con Entrenamiento Auditivo? 8 consejos para salir del "hoyo".

Foto del escritor: Julius Bear ProduceJulius Bear Produce

Todos nos hemos sentido frustrados e incluso paralizados durante un examen de entrenamiento auditivo; de pronto no reconoces intervalos, los acordes te suenan a una masa de armónicos de la cual no alcanzas a percibir ninguna de sus voces, o esa progresión de acordes en la que ni siquiera lograste sentir el centro tonal.


Si estudias (o estudiaste) en una escuela de música o en un conservatorio, puedes formar parte del gran porcentaje de personas a los cuales el profesor ha catalogado de sordo, incapaz o incluso "diagnosticarle" #AgnosiaMusical mejor conocido como #Amusia.


No te preocupes, la posibilidad de que padezcas de agnosia musical es sumamente baja y esta no puede ser diagnosticada por tu profesor de solfeo, (dejemos a los neurólogos este trabajo) por lo que muy probablemente tu problema se deba a tu propia metodología de estudio, o (en el peor de los casos) a la didáctica del maestro.


Por alguna razón, los alumnos de #·ntrenamientoAuditivo jamás comprenden el porqué debemos estudiarlo y cuales son sus usos prácticos. Simplemente de dedican a practicarlo para aprobar la materia seguir adelante con sus vidas, sin darse cuenta de que es probablemente una de las asignaturas más importantes que podrán llevar a lo largo de sus carreras, porque, a fin de cuentas, la música entra por los oídos.


Otra gran confusión es no comprender cómo se entrena el oído. Aun que parezca dificil de creer, hay alumnos que creen que desarrollar el oído significa dotarlo de super poderes para escuchar más allá de lo evidente y percibir incluso el ruido de las patas de las arañas. Nada más lejos de la verdad!


Anota esto:


"ENTRENAR EL OÍDO ES ENTRENAR TU MENTE".


Así funciona la cosa: el sonido entra por el pabellón, haciendo vibrar la membrana del tímpano, la vibración es amplificada en el oído medio para llegar al nervio auditivo el cual la convierte en señales que son interpretadas por el cerebro.


Nuestro cerebro tiene la capacidad de ordenar los sonidos y clasificarlos por su nivel de relevancia, lo cual sucede todo el tiempo y de manera natural. Sin embargo, al entrenar nuestro oído aprendemos a realizar este proceso de manera consciente, permitiéndonos así, detectar esa línea melódica que está escondida detrás de algún instrumento, discriminando toda la información para lograr enfocarnos en lo que queramos.



Anota esto también;


"ENTRENAR EL OÍDO ES ENTRENAR LA MEMORIA"


La cosa no acaba ahí: para poder comprender las ideas musicales, lo hacemos a través de la memoria, siendo el contexto de lo que sucedió antes, lo que le da sentido al acorde presente, y lo que nos permite comprender la dinámica a lo largo del tiempo de una canción, incluso la memoria nos permite predecir que es lo que viene a continuación, ya que almacena un enorme repertorio de movimientos armónicos, melódicos y rítmicos, incluso en personas que jamás han entrenado su oído.


Te dejo unos cuantos tips que me han funcionado con mis alumnos y conmigo mismo.


1.- Encuéntrale el gusto y el por que

Nada puede ser tan frustrante como llevar ese curso de cálculo integral sin saber en qué momento de la vida lo vas a utilizar. Así sucede con el entrenamiento auditivo. Sus beneficios van desde sacar una canción, hasta corregir una frase en #Melodyne, o escribir una línea melódica sin depender de un instrumento de guía. Son tantos que este tema merece su propio blog.


2.- Estudia siempre en contexto.

Canta las escalas y los modos manteniendo una nota pedal, para que puedas percibir realmente el color del modo.

Escucha las cualidades de los acordes, pero en un contexto, canta sus voces, sobre todo cuando tienen tensiones o extensiones, y realiza sus movimientos y resoluciones. Recuerda que un acorde mayor suena muy diferente, dependiendo del grado en que se encuentre.


3.- Ponle adjetivos a todo, puedes usar colores, sabores, sentimientos, recuerdos, texturas o imágenes. Seguramente haz escuchado que alguien decir: eso suena dulce, áspero, gris, triste, gordo o que le recuerda alguna película o videojuego. De la misma manera hazlo con los acordes, progresiones o intervalos. Te sorprenderá lo fácil que resulta reconocerlos de esta forma.


4.- Dale su tiempo al oído para descifrar y aprender, tente paciencia y comprende que no es una habilidad que se aprende de la noche a la mañana, si no algo que se desarrolla a lo largo del tiempo.


5.- Desarrolla tu #AudiciónInterna. Aprende a ejecutar tu instrumento musical más importante: tu mente, dentro de esta cuentas con una orquesta que tiene todos los instrumentos del mundo, incluyendo sintetizadores, voces y sonidos que no existen o están por existir, por lo que debes cargar en tu mente tantos sonidos como puedas almacenar. Aprende a controlarlos, y combinarlos entre sí, tal como lo hacía Ludwig Van Beethoven.


6.- Utiliza todas las herramientas disponibles. Existen un montón de aplicaciones que te pueden ayudar a entrenar tu oído, desde dictados de intervalos, acordes y progresiones, hasta cortes de frecuencias, decibeles y gain reduction.


7.- Entrena tu memoria musical: Úsala para retener esa frase melódica en un dictado melódico, aprende como suenan intervalos, acordes y la combinación entre estos, aprende el sonido de las figuras rítmicas y el como suenan combinadas, no trates de descifrarlo en el momento, si no sumar constantemente a tu repertorio de combinaciones de sonidos.


8.- Nunca dejes de utilizar tu oído de manera consciente; analiza todo lo que escuchas: la progresión de una canción de radio, el acorde generado por los claxon de los coches, los intervalos de las campanas de la iglesia, la distorsión por la compresión de datos en un mp3, las figuras rítmicas de tu lavadora, es decir, TODO.



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